Clindamicina para el tratamiento de las enfermedades periodontales


La clindamicina también ha demostrado su eficacia para tratar las enfermedades periodontales. Se llevaron a cabo cuatro estudios clínicos en pacientes con enfermedad periodontal refractaria, en la que el tratamiento con limpieza de sarro e higiene oral no fueron suficientes para prevenir la progresión de la enfermedad.


En el estudio realizado por Gordon y colaboradores, cada incidencia de periodontitis activa se trató con limpieza de sarro seguida de 600 mg/d de clindamicina durante 7 días.


Al cabo de 1 año, las evaluaciones de los pacientes revelaron que los puntos de infección gingival activa habían disminuido del 10.7% al 0.5% después del tratamiento con clindamicina. 

Otras indicaciones de mejoría obtenida con clindamicina más limpieza de sarro frente a la limpieza del sarro como único tratamiento fueron la reducción del enrojecimiento gingival, del ensanchamiento de las bolsas dentales, del sangrado y de la supuración.


En otro estudio de 2 años se observaron mejoras similares con el tratamiento de clindamicina. 

Los puntos infecciosos activos se redujeron del 8 al 0.5% (p < 0.001), y el plazo de tiempo medio hasta el desarrollo de un punto infeccioso activo aumentó de 4.9 meses a 16.7 meses con clindamicina más limpieza de sarro frente a la limpieza de sarro como único tratamiento (p < 0.001). 

De igual modo, se observaron mejoras en cuanto al sangrado, el enrojecimiento y la supuración a lo largo del período de 2 años. 

Un análisis microbiológico de un subgrupo de pacientes procedentes del estudio de 12 meses realizado por Gordon y colaboradores reveló que las bacterias gram negativas fueron erradicadas o fuertemente suprimidas tras el tratamiento con clindamicina.



Antes del tratamiento, los puntos infecciosos activos estaban constituidos por un 40% de bastones anaerobios gram negativos, que se redujeron en un 50% tras el tratamiento. 

Dos géneros bacterianos predominantes en las infecciones periodontales, B. intermedius y Porphyromonas gingivalis (anteriormente denominado Bacteroides gingivalis), se redujeron desde el 20% de bacterias en el punto infeccioso activo antes del tratamiento hasta tan sólo un 2% después del tratamiento. 

Otro de los estudios comparó el tratamiento de clindamicina frente al de tetraciclina en pacientes con periodontitis avanzada. 

Se administraron 600 mg/d de clindamicina o bien 1,000 mg/d de tetraciclina durante 10 días después de un desbridamiento bucal completo en ambos grupos.


Al cabo de 1 año, se apreciaron mejoras significativas en ambos grupos en cuanto a inflamación gingival, ensanchamiento de las bolsas dentales, sangrado ante la exploración y dolor. 

Sin embargo, las mejoras en el grupo de clindamicina fueron estadísticamente superiores a las de los pacientes que tomaron tetraciclina en lo referente a inflamación gingival y a sangrado ante la exploración, (p = 0.03) y se observó una tendencia hacia la mejora significativa en el tratamiento del ensanchamiento de las bolsas dentales (p = 0.11). 

En un estudio reciente se compararon clindamicina, doxiciclina y metronidazol frente a la omisión de tratamiento antibiótico en un procedimiento no quirúrgico de 2 pasos para el tratamiento de la periodontitis de progresión rápida en adultos. 

El primer paso incluyó una limpieza de sarro, un limado de raíces y un pulido dental, y el segundo paso consistió en perfeccionamiento del limado de raíces para toda la dentadura e inicio de tratamiento antibiótico en los grupos que recibieron clindamicina, doxiciclina o metronidazol, o bien omisión del tratamiento antibiótico.


Al cabo de 6 meses, solamente la clindamicina y la doxiciclina demostraron mejoras continuadas significativas tras el inicio del tratamiento antibiótico en cuanto al nivel de fijación y ensanchamiento ante la exploración, que incluyeron diferencias significativas en los puntos de infección más avanzada en cuanto al nivel de fijación y ensanchamiento ante la exploración. 

El uso de antimicrobianos sistémicos está especialmente indicado en la periodontitis crónica y en la periodontitis agresiva. 

Todos los estudios mencionados apuntan a la clindamicina como opción superior para el tratamiento de estas infecciones potencialmente graves. 



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